Los masajes relajantes mejoran nuestra circulación sanguínea permitiendo así una buena distribución de vitaminas, minerales y oxigeno a nuestras células, tejidos y demás órganos.
Asimismo, promueven la respiración profunda y lenta, lo que aumenta el nivel de oxígeno en nuestro cuerpo, ayuda a relajarnos y a disminuir la ansiedad.